Actualidad

Arquitectura ecológica
29 May 2019

La arquitectura ecológica: qué es y qué beneficios tiene

La arquitectura, como cualquier otra disciplina, evoluciona y se adapta al entorno que la rodea. Y ese entorno, en pleno año 2019, tiene unas exigencias y unas prioridades muy definidas. Una de ellas es, sin duda, el cuidado del planeta y el respeto por el medio ambiente. Por eso, cada vez más gana peso la arquitectura ecológica: una forma ecológica de entender la profesión.

La arquitectura sostenible busca, desde la propia fase de diseño de una construcción, reducir al máximo su posible impacto negativo sobre la naturaleza. No más recursos naturales desaprovechados ni más entornos estropeados por una construcción. Se trata de integrar la obra con su entorno natural, de no afectar a la flora ni la fauna con nada que tenga que ver con una construcción.

Hay varios principios que definen a esta forma de practicar el oficio de la arquitectura, tanto en entornos urbanos como, sobre todo, en aquellas construcciones que tienen una interacción más directa con la naturaleza. Se busca que los ecosistemas en los que cada construcción se ubique puedan tenerse en cuenta para evitar que la hidrografía, el clima, las plantas o animales se vean afectadas negativamente.

Además de esa integración, la arquitectura ecológica busca optimizar el rendimiento de las construcciones en uno de los elementos que tradicionalmente más margen de mejora presentaba: los materiales. La búsqueda de materiales de bajo contenido energético e impacto es vital para que posteriormente pueda darse otra gran mejora: la energética.

Con unos materiales bien escogidos en función del entorno climático y natural, gastos como la calefacción, la iluminación o el aire acondicionado pueden disminuirse inmensamente, e incluso cubrir ese remanente con fuentes de energías renovables. Ese balance energético más positivo puede empezar a gestarse en la fase de diseño de la construcción gracias a las consideraciones de la arquitectura sostenible, que dan mayor vida útil a las construcciones y que tratan de mejorar su rendimiento.

Calefacción eficiente, enfriamiento eficiente, refrescamiento pasivo, luz natural, reciclado energético… Un sinfín de puntos de mejora en los que la arquitectura verde y sostenible puede aportar un paso adelante para el bien común, tanto a la hora de realizar una nueva construcción como para llevar a cabo una reforma integral.