Consejos para reformar una casa de campo

Realizar la reforma de una vivienda es una decisión en la que intervienen multitud de factores que hay que analizar meticulosamente y elegir con mimo. A la hora de reformar una casa de campo hay que añadir muchos elementos por los que no tendríamos que preocuparnos si reformásemos un piso o un unifamiliar, pero que si no tenemos en cuenta pueden hacer que malgastemos tiempo y dinero.

En primer lugar habrá que estudiar la ubicación de la casa de campo que vamos a reformar. El clima, la humedad, el viento y, en definitiva, el entorno, tendrá mucho que ver a la hora de elegir materiales y refuerzos: no requiere el mismo aislamiento una casa en los Pirineos, con temperaturas bajo cero en invierno, que una en la estepa extremeña, con un clima más suave en invierno y veranos calurosos.

Aunque el estilo definitivo que se confiera a la casa rehabilitada dependerá de las preferencias personales de los propietarios, una de las normas universales a la hora de reformar casas de campo es tratar de mantener el mayor número de materiales originales: vigas de madera, muros de piedra natural, tejados artesanales… Elementos que dan personalidad y carácter a la construcción, con valor artesanal y artístico, difíciles de replicar con materiales actuales y que, bien restaurados, pueden integrarse a la perfección en una casa más moderna al reformar una casa de campo.

Líneas básicas en la reforma de una casa de campo

Aunque la última palabra siempre la tiene la persona que contrata la reforma y posteriormente utilizará la casa, hay ciertas líneas a seguir en las reformas de una casa de campo, aceptadas casi de forma universal. Por ejemplo:

• Dar amplitud. Esta tendencia se sigue en todo tipo de construcciones: oficinas, viviendas, locales comerciales… Y también puede aplicarse a las casas de campo. Da pie a aprovechar más los techos altos, típicos en edificaciones rústicas, ayuda a desahogar espacios reducidos y a sacarle todo el partido posible a la luz natural.
• Casa camaleónica. No se trata de dejar una casa monocromática, pero integrar los materiales de la reforma (e incluso la decoración) con los colores del entorno puede dar pie a un espacio mucho mas armónico. Recurrir a la piedra, la madera y las combinaciones que ayuden a conectar la casa con sus alrededores ayudará a que la reforma, en conjunto, termine siendo exitosa.
• Inversión en carpintería. Puede que la carcoma haya dejado poco servible, pero lo que quede, hay que aprovecharlo. Marcos, puertas, contraventanas o pilares, entre otros muchos elementos, pueden quedar espectaculares en una casa de campo reformada si apostamos por ello y se realiza una buena restauración. Nada como la madera natural y, especialmente, con cortes clásicos.
• Innovación sí, pero la necesaria. Las casas de campo, a no ser que estén en un estado de conservación muy malo, pueden estructuralmente servir para el futuro con una buena reforma. La conjunción entre piezas clásicas restauradas y materiales y tecnologías actuales puede dar como resultado una casa práctica, bonita y acogedora, pero desequilibrar la balanza innecesariamente a favor de lo innovador, dejando una casa excesivamente moderna, le restará coherencia con el entorno. Lo ideal es incluir aquellos nuevos elementos que aporten un valor añadido, un extra de comodidad y utilidad a la casa, pero integrados con lo existente. No al revés.
• Aprovechamiento de zonas exteriores. Los porches, jardines o patios en casas de campo reformadas son una transición ideal entre el inmueble y su entorno. Fundir las plantas del exterior con los materiales y línea estética del interior dará pie a zonas acogedoras que combinen el aire natural del exterior con la comodidad de la casa. Y, sobre todo, planteadas de manera práctica para que puedan ser disfrutadas y vividas.

Ideas para reformar una casa de campo

Tenemos claro lo importante: crear una casa que combine con su entorno, manteniendo el máximo número de elementos originales que sea posible y haciéndola práctica, sostenible y eficiente. A partir de ahí, las ideas y forma de aplicar cada criterio son a gusto del consumidor.

Desde quien opte por grandes ventanales de cristal para abrir el interior de la casa a la naturaleza hasta los ambientes más agrestes y rústicos, rehabilitaciones que buscan simular construcciones clásicas con nuevos materiales o las más diversas técnicas de decoración: a la hora de reformar una casa de campo prácticamente todo vale aunque, por supuesto, unas líneas de actuación funcionarán mejor que otras.

La complicación está en conseguir que, una vez se ensambla el puzle, el resultado sea una construcción hogareña. Que pese a la inmensidad del entorno, la casa se perciba como un lugar recogido y seguro, un remanso de tranquilidad con todas las comodidades.